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Patio nueva sede SWITCH, Barcelona / Fotografía Rafael Vargas
El proyecto de paisajismo en la nueva sede corporativa de Simon en Barcelona, recrea entornos vegetales del Mediterráneo. Dirigido por María Jover de Local 4, su objetivo principal es generar bienestar en los usuarios.
La renaturalización de la ciudad y de la arquitectura que la configura es actualmente una necesidad primordial como fuente de bienestar para las personas y la salud del planeta. La nueva sede corporativa global de Simon en Barcelona, SWITCH, ha integrado la disciplina del paisajismo desde el inicio, cuando se planteó el proyecto de rehabilitación del edificio histórico de la firma.
La actuación, dirigida por la paisajista María Jover del estudio Local 4, se inicia en la planta baja, en una de sus zonas emblemáticas: el patio con pérgola como espacio abierto al cielo en el seno de la nueva sede, aunque a resguardo de la calle. Jover ha trabajado en colaboración con Antoni Arola, responsable del diseño del patio que preveía vegetación con la voluntad de humanizar el entorno urbano. Arola se inspiró en los claustros de los monasterios para definir la pérgola. Aunque en aras a ofrecer una cierta neutralidad, adecuada a la imagen corporativa de empresa, acotó la intervención vegetal a un predominio del color verde.
Una pérgola muy verde
La propuesta paisajística de Local 4 incorpora tres islas centrales donde crecen plantas de jazmín de hoja persistente, junto a tres pilares de la pérgola. Un cable vertical contiguo facilita el enrollado de la trepadora y posibilita el alcance más rápido del techado, donde la trama de cables horizontales acabará colonizada por el verdor. En los dos muros que limitan con las naves y forman una ele, ascienden ficus repens, eficaz trepadora con zarcillos y ventosas de gran adherencia a la pared.
Todos los parterres quedan recubiertos por dichondra repens, especie tapizante que requiere escasa agua y mantenimiento. “El diseño de la pérgola es espectacular –valora María Jover-. Siempre me he imaginado este patio como un lugar de paso y tránsito”. La vegetación acompañará a los usuarios del edificio en sus recorridos y también descansos al aire libre. Así mismo, señala significativa la visión de la pérgola que se tendrá desde las plantas superiores, cuando esté cubierta de vegetación, proporcionando una imagen de intenso verdor entre las antiguas naves y el conjunto arquitectónico.
Las paredes verdes pretenden funcionar, a la vez, como telón de fondo de la serie de luminarias de exterior de Simon, que se exhiben al aire libre. Dado que las fachadas opuestas que cierran el patio están profusamente acristaladas, la vegetación se convierte en un elemento con gran presencia en el interior de la planta baja: tanto en la zona de showroom y auditorio, como en el ala destinada a explicar la historia de la Simon, con cafetería contigua.
“Hemos escogido plantas fuertes y muy adaptadas a nuestro clima para que enraícen y prosperen adecuadamente”, apunta la paisajista. Cuando la canopia vegetal de la pérgola sea densa, ella misma generará sombra, reteniendo mayor humedad y requiriendo menor riego, especifica Jover. Y recuerda que un proyecto de paisajismo trabaja con elementos vivos, por lo que su completa definición se produce tras dos o tres años de plantarse las especies.
Toda la actuación paisajística tiene como objetivo potenciar el bienestar de las personas usuarias del edificio, favoreciendo su contacto con la naturaleza y la vegetación. Aunque también, propiciar nuevas zonas verdes para la biodiversidad en el seno de la ciudad.
Plantas para una terraza mediterránea
La segunda zona de intervención paisajística de Local 4 es la gran terraza que corona el edificio SWITCH, con vistas panorámicas sobre la ciudad. Se accede desde la Cantina, el bar y comedor de la empresa, ascendiendo por la grada-escalinata. Y constituye otro significativo punto de encuentro y de colaboración informal al aire libre.
La vegetación se ha dispuesto perimetralmente en la terraza con una planta en ele. De este modo queda libre la zona central para encuentros eventuales, y desde el interior se contempla la vegetación. Hasta una treintena de especies recrean un paisaje de plantas y arbustos mediterráneos. Salpicado por olivos, como árbol emblemático de nuestra cultura, constituye una clara apuesta por la vegetación autóctona.
Ante el requisito de alojar la vegetación en jardineras, en un trazado lineal, el proyecto introduce dinamismo a través de un diseño de macetas que varían en alturas y anchos. Pero, sobre todo, mediante la propia vegetación con volúmenes bien diferenciados. Se han escogido especies que florecen en distintos momentos del año con predominio de los colores blanco y la gama de azules, morados y lilas. “Quiere ser la visión mediterránea de un jardín en un entorno urbano en el que, evidentemente, no es viable disponer de un suelo de tierra infinito”, resume María Jover.