La tecnología “Fast Charge” replica dos tecnologías existentes en el mercado: Quick Charge y Power Delivery (PD). Estas tecnologías son las más usadas por fabricantes de telefonía como Apple, Samsung, Xiaomi, etc.

Con “Fast Charge” se adapta la intensidad que necesita la batería del dispositivo para hacer la carga de la forma más eficiente posible. El beneficio es doble, ya que puede cargar el teléfono en la mitad de tiempo, y además adapta la intensidad según los requerimientos del mismo, evitando que se sobrecaliente innecesariamente. 

Para aplicar esta tecnología de la forma más eficaz, el conector USB tipo C es perfecto debido a su construcción y diseño.

Si hablamos de evitar tener cables, las soluciones “wireless” (sin cables) se están haciendo cada vez más populares.

Existen diversos protocolos o estándares de mercado, pero el más común que tienen la mayoría de fabricantes de telefonía es el Qi.

Con la carga sin cables, o carga inductiva, evitamos tener un cable conectado al dispositivo para cargar el mismo. Esta carga se hace por un sistema que obliga al teléfono a estar tocando el cargador de una determinada posición para que el elemento que emite la carga esté alineado con el que la recibe.

Puede parecer complicado pero es una ventaja evidente. Simplemente se coloca el teléfono encima del cargador de una forma determinada y éste se carga.

Como en la carga por USB, las potencias avanzan como así lo hacen los teléfonos. Una potencia de carga baja o normalizada, sería la que tiene 5W (1 Amperio) como las que tienen las Combiball. Una potencia de carga más rápida, sería 10W (2 Amperios) que sería el doble y tenemos algunos productos con estas características (BM516306 - BM516201) en cuanto a regletas de enchufe compactas, y el adaptador con carga inductiva.

Nota: El teléfono debe ser compatible con carga inductiva (wireless)