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Series de mecanismos
Exposición retrospectiva Tomy Ceballos, ICA, Murcia. Comisario: Pedro Medina Reinón. Iluminación: FCLD.
Fotografía: José Filemón
Texto: Laura Novo
Íntimamente unida a la arquitectura, la iluminación se postula como una 'materia intangible', que construye espacios desde una dimensión tanto física como emocional.
Desde sus orígenes, la arquitectura ha utilizado la luz para resaltar detalles, modelar, ampliar y transformar espacios, y generar determinadas sensaciones y emociones en sus ocupantes. Diferentes efectos que han evolucionado con el paso del tiempo, donde la luz natural convive con una iluminación artificial cada vez más sofisticada y tecnológicamente avanzada, que por encima de todo apuesta por el bienestar y la sostenibilidad.
Orígenes de la iluminación arquitectónica
Si viajamos en el tiempo, descubrimos cómo en la antigüedad la arquitectura estuvo vinculada a la iluminación natural por motivos religiosos, que asociaban esta luz con la divinidad. Una relación que cambió con la llegada del Renacimiento, cuando se rompió con el teocentrismo para colocar al hombre en el centro y la arquitectura comenzó a incorporar grandes ventanas que facilitaban la iluminación.
Con la llegada de la industrialización y el éxodo masivo de la población del campo a las ciudades, la iluminación artificial experimentó un importante avance con la aparición de nuevas tecnologías, como la lámpara fluorescente o la de tungsteno halogenado, relegando a un segundo plano la luz natural. Una situación que se prolongó hasta la crisis del petróleo de 1973, cuando los problemas ambientales evidenciaron el papel la iluminación natural como herramienta de diseño sostenible con importantes beneficios para el planeta y sus habitantes.
Arquitectura construida por la luz
En la actualidad, la iluminación es ya un aspecto que muchos arquitectos y diseñadores integran en las etapas más tempranas de sus proyectos. Una herramienta fundamental para construir espacio y generar bienestar, cuya importancia ya defendían hace más de un siglo figuras como Antoni Gaudí, que, inspirándose en el mundo natural, logró teñir sus edificios con una luminosidad única; o Le Corbusier, maestro de la luz para quien “la arquitectura es el juego sabio, correcto y magnífico de los volúmenes bajo la luz”.
La figura del Lighting Designer
Aunque todavía queda mucho camino por recorrer, la figura del Lighting Designer, que aparece en los años 50 en Estados Unidos y se introduce en el mercado español a finales del siglo pasado, tiene cada vez mayor peso en una arquitectura que ya nadie duda adquiere otra dimensión con una adecuada iluminación. Y es que un buen diseño lumínico integrado con el arquitectónico es fundamental si se quieren conseguir ambientes confortables y que promuevan la salud, tanto física como emocional.
En España, cada vez son más los profesionales especializados en proyectos de iluminación para la arquitectura. Nombres como el de Antoni Arola, que junto a Katty Schieberk Studio ha trabajado de una forma ejemplar la sede de Simon en Poblenou; o el del arquitecto y artista Guillermo Santomá, autor de la instalación Inspired in Barcelona SPA, realizada con motivo de la Semana del Diseño de Milán 2023 y que contó con Simon como Concept Partner.
Cultura de la luz
El Diseño de Iluminación cuenta además con su propia asociación, la APDI (Asociación Profesional de Diseñadores de Iluminación), fundada en 2008 por Maurici Ginés, Ignacio Valero, Birgit Walter y Rafael Gallego para lograr una consciencia colectiva de la cultura de la luz y que integra a todos los diseñadores de iluminación independientes de nuestro país. Artec Studio, MMAS Lighting, La invisible Lighting Design Lab Studio y Anoche, en Barcelona; ELBAZGILDEMONTES, Lighting Desing Collective, D-LUZ Arquitectura; FCLD, en Murcia; y Maraba Studio, en Lanzarote; son algunos de los profesionales que forman parte de ella y día a día trabajan para dar forma a los espacios a través de la luz.
Claves de una buena iluminación
Diseñar una iluminación inclusiva, que tenga en cuenta los ritmos circadianos y la temperatura de color para adaptarse a los cambios de luz natural y las distintas tareas a realizar, mejora sin duda la ergonomía visual y el rendimiento de las personas que ocupan y viven los espacios. Además de modelar interiores, jerarquizar zonas y circulaciones, distorsionar la sensación espacial, resaltar detalles y reforzar determinadas sensaciones y emociones.
Natural, artificial, funcional, decorativa, puntual, exterior, de seguridad o expositiva son algunos de los tipos de iluminación más utilizados por arquitectos y diseñadores para lograr ambientes únicos y con personalidad, que en ocasiones integran la luz en la propia arquitectura y en otras convierten la luminaria en una pieza decorativa. Propuestas cada vez más flexibles, equipadas con una sofisticada tecnología inteligente y donde la sostenibilidad juega un papel fundamental, a través de una correcta eficiencia energética y una adecuada vida útil y de gestión de residuos.