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Series de mecanismos
En este artículo podrás descubrir una breve guía sobre los tipos de escalera que existen y cómo han evolucionado a lo largo de los años.
La escalera, como geometría dinámica en la arquitectura, tiene la clara misión de comunicar distintos niveles. No obstante, también es un elemento con gran potencial para connotar los espacios y configurarlos.
Catálogo iluminación exterior
Es uno de los elementos fundamentales en la arquitectura, cuya función es comunicar un plano inferior con otro superior. Sin embargo, la escalera es mucho más. La sucesión de peldaños, su progresión y hechuras nos hablan de otros tantos aspectos de un edificio, como la espacialidad, la representación y el simbolismo. Si bien la escalera cuenta con tipologías definidas: recta, y en varios tramos, helicoidal o de caracol, con peldaños flotantes... también ha dejado gran margen para la imaginación y expresión de diseñadores y arquitectos, presentando una gran riqueza tanto formal como constructiva.
La casa escalera del poeta y periodista Curcio Malaparte en Capri, construida entre 1938-40 y firmada por el arquitecto Adalberto Libera, es hoy un icono. Su cubierta-escalinata hizo de ella una vivienda-mirador. Y el ascenso por sus peldaños imbuye ritual, hasta coronar el techado plano, casi un altar consagrado a la contemplación de la naturaleza circundante y el mar Mediterráneo. La escalera se presta a múltiples percepciones. Dependiendo de si estamos en su arranque, en tránsito por sus peldaños intermedios, o la hemos culminado, y dirigimos la visión hacia abajo. Picados y contrapicados de nuestra mirada que afectan a la apreciación espacial.
Casa Malaparte / Architect: Adalberto Libera
Como pieza principal de la arquitectura, forma parte de su sintaxis y expresa significados bien diversos. Despunta la simple e ingeniosa escalera a la molinera, de madera, que apoya sus peldaños en una sola zanca central. Y en otro extremo, la ostentosa escalera doble imperial, con planta en E, y tramo central que se bifurca en dos laterales. Pompa y majestuosidad en una escalinata concebida para ver y ser visto.
La arquitectura como espacio para ser vivido y transitado tiene en la escalera uno de sus elementos más dinámicos. Andrea Palladio en su tratado de arquitectura, escrito en el siglo XVI, demandaba a las escaleras que no molesten, ser amplias y fáciles de localizar. Pero también, si fuese posible, que nos induzcan antes a transitar las zonas más bellas de una casa.
Villa Emo / Architect: Andrea Palladio
Cada uno de los distintos componentes de la escalera, expresan por sí mismos y pautan distintos ritmos. El peldaño de pendiente suave facilita recrearse en el recorrido. El empinado sugiere premura. Huella y contrahuella, la primera ineludible, la segunda opcional, ponen en juego volúmenes macizos y vacíos. Los descansillos entre varios tramos aportan aire. El uso y contorno incluyen aspectos simbólicos: La escalera palaciega, para recibir los máximos honores. La de caracol como símbolo de nuestro laberinto psíquico. Las escaleras que funcionan también como gradas, son elemento fundamental del espectáculo.
La escalera de caracol realizada con piedra durante el medioevo, o de metal posteriormente, ha supuesto, durante siglos, una solución idónea en espacios con metros cuadrados reducidos. Actualmente este modelo conocido también como helicoidal vive un redescubrimiento con otras derivaciones. El esparrago, como soporte central, donde el vacío central quedaba prácticamente eliminado, desaparece e incluye más desahogo en los diseños contemporáneos.
Durante el siglo XX, la técnica constructiva del hormigón encofrado en obra ha dado lugar a esplendidas escaleras helicoidales de porte escultural. Con un modelado orgánico y una disposición central en espacios públicos de recepción aportan representatividad. Y hoy también ganan auge en residencias privadas, con una vocación similar.
La evolución de la escalera se observa, así mismo, en la transformación de la barandilla y el pasamanos. Antaño elementos de seguridad y estatus, la modernidad tendió a su reducción, hasta desaparecer en algunos casos. Las barandillas con historiadas tallas en mármol, balaustres torneados de madera o pasamanos con rica talla, han derivado hacia la abstracción geométrica, el vidrio o la mínima barra tubular.
En las actuales escaleras flotantes, incluso desaparece. Y los peldaños se incrustan en una sola pared, en un ejercicio de minimalismo que encuentra referentes en las escaleras ancladas a muros de piedra seca de las zonas agrícolas.
La luz artificial incorporada a la escalera es un recurso plenamente contemporáneo. Con iluminación lineal en la base o en el pasamanos, a veces oculta, se crea un halo luminoso que perfila el contorno del elemento arquitectónico. En la escalera, la luminaria empotrada es también un recurso de seguridad.
Centro Georges Pompidou / Architects: Renzo Piano & Richard Rogers
Junto a las escaleras que pueblan los interiores que habitamos, se encuentran los ejemplares de exterior. Todo un universo que tiene uno de sus iconos en el Centro Georges Pompidou de París: una escalera mecánica en forma de oruga que zigzagea por su fachada, convertida en seña de identidad de la institución museística. Proyectada por Renzo Piano y Richard Rogers en la década de los 70 del siglo pasado, constituye un alarde de High-tech de la época.
Mientras las escaleras del pasado nos han dejado un enorme legado, la escalera contemporánea se enfrenta hoy a un doble reto: cumplir la normativa vigente que marca el Código Técnico de Edificación de cada país, y explorar todo el potencial expresivo y de significación que contiene.
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