Luz y bienestar
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La neuroiluminación, el ciclo circadiano y el Human Centric Lighting (HCL) nos ayudan a entender cómo la luz mejora la salud, tanto física como emocional, de las personas.

La luz en la historia

 

Desde los orígenes de la arquitectura, la luz, tanto natural como artificial, ha jugado un papel fundamental a la hora de crear ambientes saludables y beneficiosos para la salud. Los templos del sol egipcios son un claro ejemplo de cómo, ya desde la antigüedad, se buscaba la relación entre las personas y el sol para potenciar el bienestar y el equilibrio espiritual.

 

En otras culturas, como la romana, con sus característicos óculos, o la cristiana, con sus coloridas vidrieras, la luz ha estado siempre vinculada a un profundo sentimiento de divinidad, que se ha dejado de lado según la arquitectura contemporánea se ha ido desvinculando de su versión más simbólica, pero que siempre ha permanecido presente en las construcciones religiosas. Por todo ello, no es casualidad que, al entrar en cualquier templo, nos invada una fuerte sensación de calma, que demuestra cómo la luz va mucho más allá de su función de iluminar y se convierte en una potente herramienta para la salud

 

 

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Luz que fluye a través de vidrieras en la Sagrada Familia de Barcelona 

 

 

 

Neuroiluminación y neuroarquitectura 

 

Siglos después de las primeras construcciones, la luz sigue siendo un elemento clave para potenciar el bienestar de unos espacios interiores en los que cada vez pasamos más tiempo (aproximadamente un 90% de nuestro día a día). Lugares donde vivimos, trabajamos o socializamos, y que nos han hecho cada vez más conscientes de la importancia que el diseño lumínico tiene en nuestra salud. Una luz capaz de variar una percepción física y visual en la que también participan colores, texturas y  materiales que la absorben, reflejan o multiplican; pero que además influye a nivel emocional y psicológico. Aspectos no tan tangibles, sobre los que investiga la neuroiluminación, englobada dentro de la neuroarquitectura y que entiende la luz en un aliado que regula nuestros procesos, afecta a nuestra salud, estado de ánimo, visión y rendimiento cognitivo, y nos hace sentir cómodos y seguros

 

 

 

La luz natural inunde el espacio de descanso en una oficina

La luz natural inunde el espacio de descanso en una oficina 

 

 

 

Iluminación circadiana 

 

Estudios, como el publicado por la revista Nature Mental Health, según la cual exponerse a la luz solar disminuye el riesgo de sufrir depresión, estrés o ansiedad, demuestran el profundo vínculo existente entre la luz y la salud. El ciclo circadiano, que regula el binomio sueño-vigilia y hace que durante el día aumente la producción de cortisol y adrenalina, y por la noche se segrege serotonina y melatonina, tiene un profundo impacto en nuestro bienestar. La luz se convierte en el principal sincronizador de este reloj biológico, y mantener este ciclo en armonía es fundamental si se quiere asegurar el bienestar, a través de la iluminación natural, cuando es posible, u otra artificial dinámica, en el resto de los casos. Implementada sobre todo en entornos laborales, educativos y hospitalarios, y diseñada teniendo en cuenta el ritmo circadiano, esta última nos prepara para lo que vamos a hacer, variando su temperatura de color e intensidad en función de la hora del día y los cambios estacionales.   

 

 

 

Despertando con luz calida

Despertando con luz calida 

 

 

 

Human Centric Lighting 

 

De este enfoque centrado en el ser humano y del deseo de crear ambientes donde la iluminación artificial recree en la medida de lo posible las condiciones de la luz natural, surge el Human Centric Lighting (HCL), un concepto de iluminación que tiene en cuenta cómo las altas intensidades y temperaturas de color frías activan el rendimiento y el estado de alerta, mientras la luz suave y cálida produce un efecto calmante. En él juega un papel clave el uso de una fuente inteligente como la tecnología LED, que, a partir de una cuidada planificación y estudio de cada caso, permite crear diseños lumínicos adaptados a muy distintos usuarios y necesidades. 

 

 

 

Baño de luz natural en oficina corporativa contemporánea

Baño de luz natural en oficina corporativa contemporánea  

 

 

 

Con cada vez más adeptos, al Human Centric Lighting (HCL) le queda aún un largo camino que recorrer para lograr replicar la iluminación natural de forma responsable, a partir de aspectos relacionados, tanto con la propia luz solar –intensidad, duración, distribución y ángulo de la energía...– como con las personas –rango de edad, sexo, sensibilidad a la iluminación artificial LED...–. Todo esto teniendo en cuenta los tan diferentes valores lumínicos en los que nos movemos, de unos 100.000 lx en días soleados y 5.000 lx en nublados, en entornos exteriores; frente a los entre 100 y 1.000 lx que se dan habitualmente en los espacios cerrados.  

 

 

Redacción por Laura Novo