Entre el Parque Moret y el Mirador del Conquero, en la Avenida Manuel Siurot (Huelva), se extiende uno de los corredores más emblemáticos de la ciudad. Una franja de paisaje donde naturaleza, historia y ciudad se entrelazan de forma única.
Allí, la intervención lumínica no puede limitarse a iluminar: debe respetar, conectar y acompañar.
Desde Simon Lighting hemos participado en la implementación de una solución lumínica que respeta ese equilibrio. Una intervención que mejora la experiencia de tránsito y permanencia, sin alterar la atmósfera del lugar.
Un entorno con historia y alma onubense
El Mirador del Conquero es uno de los grandes balcones naturales de la ciudad, con vistas a la marisma, el casco urbano y la ría. A pocos metros se encuentra el Santuario de la Cinta, símbolo religioso e histórico para los onubenses, vinculado incluso a la figura de Cristóbal Colón. No es solo un punto geográfico elevado, es un hito emocional para la ciudad.
Desde aquí, el recorrido desciende hacia el Parque Moret, el pulmón verde más grande de Huelva y uno de los mayores del sur peninsular. Con más de 70 hectáreas de superficie, el parque alberga colinas, caminos peatonales, zonas deportivas, áreas de memoria histórica y elementos arqueológicos de valor. Es un espacio donde el ciudadano se encuentra con su ciudad, su naturaleza y su historia.

La luz que se adapta al paisaje
En este entorno tan rico y frágil, era esencial plantear una iluminación discreta, eficaz y visualmente integrada. Por eso, se ha utilizado Campus+ en acabado oxicor, una luminaria robusta, de geometría limpia y con un tono que se funde con los materiales naturales y el entorno vegetal.
Su instalación ha tenido en cuenta la presencia de árboles de gran porte y la necesidad de preservar la armonía visual, con una distribución de luz controlada que evita la contaminación lumínica y favorece el confort visual nocturno.
Campus+ actúa como una luz compañera: aporta seguridad, visibilidad y continuidad sin desdibujar el carácter del lugar. Su diseño vertical, sobrio y adaptable permite un diálogo entre tecnología y entorno.

Con esta actuación, el recorrido entre el Mirador y el Parque Moret no pierde su identidad cuando cae el sol. La iluminación propone un nuevo relato del espacio: silencioso, seguro y estético, donde la ciudad no se impone a la naturaleza, sino que camina junto a ella.
Este tipo de intervenciones resumen nuestra forma de entender la iluminación exterior: como una herramienta para conectar paisaje, historia y personas, con respeto, experiencia y visión de futuro.